domingo, 6 de julio de 2014

Movimientos vecinales (II): la Plataforma Pro-Soterramiento de Murcia

Por Carlos Egio

Incluyo aquí la segunda parte de la jornada sobre movimientos vecinales en la ciudad de Murcia que presentaron la semana pasada en la Asociación de Vecinos de Vistabella Miguel Ángel Alzamora, trabajador social y activista, y Jorge Estebaranz, miembro de la Asociación de Vecinos deSantiago el Mayor y de la Plataforma Pro-Soterramiento.

En este post presento un resumen de la intervención del segundo sobre el trabajo de la Plataforma Pro-Soterramiento y la asociación a la que pertenece:

Jorge Estebaranz comenzó explicando que la Plataforma Pro-Soterramiento existe desde hace 24 años pero que la participación creció exponencialmente cuando en 2012 se dinamitó el proyecto de Alta Velocidad en Murcia.

Según explicó, el nuevo proyecto con un muro de cinco metros y una catenaria de 52.000 vatios fue la gota que colmó el vaso, movilizando a quinientas personas que empezaron a trabajar de manera asamblearia. Si este proyecto se llevara a cabo, lo único que comunicaría el sur de Murcia con el resto de la ciudad sería un túnel subterráneo, ahondando así las diferencias sociales de una zona que ya no cuenta con transporte público.

La plataforma, continuó, no es de Santiago el Mayor sino que va desde Nonduermas a Los Dolores con asambleas en todos los barrios y pedanías para “llegar a consensos con los vecinos y explicar normativas, leyes y todo lo necesario”, con comunicación fluida, recogiendo lo que viene de fuera, trabajándolo y compartiéndolo “con los compañeros”.

Su labor se asienta en tres pilares: el jurídico, la construcción de poder popular político pero apartidista y la lucha civil a través de actos de desobediencia, como cortes de las vías en Santiago el Mayor, San Pío, Nonduermas y Alcantarilla. De hecho, más de cincuenta vecinos han sido multados por esta labor. “Hemos perdido la noción de multa”, afirmó.

El activista explicó que lo aprendido en el 15M ha servido para fomentar la vuelta a la plaza. “Hay un resurgir y un afianzamiento a través de asociaciones vecinales, que habían perdido mucha fuerza”, comentó. De hecho, la labor de la Asociación de Vecinos de Santiago El Mayor, a la que pertenece, va mucho más allá. “Aunque haya una junta directiva la asociación se ha convertido en un espacio asambleario. En las reuniones estamos trabajando en proyectos de alfabetización digital en nuestro barrio, redes sociales en los comercios, empleo y autoempleo”.
  


El papel de la imprenta quinientos años después de Gutenberg

Pero si algo ha sido fundamental para alimentar y mantener la lucha ha sido la labor informativa desarrollada por los vecinos, que ha conseguido que la necesidad de soterramiento se haya convertido en la idea hegemónica en Murcia. “Más del 68% de la población de la ciudad pide soterramiento” y “se han recogido más de 18.000 firmas”.

Para eso ha sido importante el poder contar con una “imprenta propia” (una focopiadora en alquiler) que les ha permitido organizar mesas informativas y repartir octavillas en las que explican que lo que se ve en prensa es mentira. Es decir, la base del trabajo son la imprenta y los grupos de difusión. Además, este recurso se usa para otras luchas, “se comparte con colectivos que se ven reflejados en esta lucha”.

Otras tarea que está desarrollando, dijo Estebaranz, es la asesoría social.  Se quieren diseñar documentos que sirvan de guía para que los vecinos puedan apoyarse entre sí con los pasos a seguir en casos de cortes de agua y luz por impago o necesidad de alimentación básica. Además, quieren trabajar “el tema laboral, se quiere llegar a acuerdo con un sindicato de clase, poder darles el servicio a los pequeños comercios”.

En este sentido, se intenta llegar a los vecinos a través de temas particulares pero relacionándolos siempre con temas globales. Por ejemplo, explicar que si no hay fuentes de agua el problema no es la falta de fuentes sino que se está privatizando este recurso.

La importancia de la politización

Frente al desgaste natural de los activistas, Jorge Estebaranz destacó que el Estado tiene la capacidad de estar manteniendo continuamente el pulso. Por eso, es importante una politización desde el primer momento puesto que en tiempo de crisis social como este si no se explican bien las causas de los problemas de los ciudadanos no es difícil que interpretaciones erróneas faciliten la difusión de ideas racistas o xenófobas.



Frente a la capacidad de aguantar las batallas de las administraciones, el vecino de Santiago el Mayor recomendó un “golpe encima de la mesa nada más empezar para dejar KO a ese gigante de 200 kilos”. Como ejemplo puso el cierre de la biblioteca de su barrio. La respuesta inmediata de la asociación fue poner “encima de la mesa de la concejala” setecientas reclamaciones y la concentración y ocupación de las instalaciones. “Esa mañana me llamó para decirme que estaba solucionado”, afirmó.


“Hay que desafiarles”, continuó, al final esas 700 reclamaciones es lo que se vota en el barrio. Tanto es así que en las últimas elecciones el Partido Popular solo obtuvo un 27 % de los votos, diez puntos por debajo de la media municipal. Podemos e Izquierda Unida se quedaron a 80 votos. Hay que promover reflexiones como esta: “¿Por qué la junta vecinal sale a las procesiones de la virgen y no a nuestras manifestaciones?”, concluyó.

Movimientos vecinales (I): la lucha por el agua como derecho humano en Murcia

Por Carlos Egio

La semana pasada [por el pasado 24 de junio]el sociólogo, trabajador social y activista Miguel Ángel Alzamora y el miembro de la Asociación de Vecinos de Santiago el Mayor y de la Plataforma Pro-Soterramiento Jorge Estebaranz, presentaron en la Asociación de Vecinos de Vistabella una jornada sobre movimientos barriales en la ciudad de Murcia.

En este post presento un resumen de la intervención del primero en la que, entre otras cosas, se habla sobre la labor de la AsambleaAgua Pública 100%:

Alzamora, antes de centrarse en la lucha por la remunicipalización del agua, habló de la necesidad de pensar en la ciudad como algo propio que hay que “conquistar y democratizar”. En este sentido, a través de Henry Lefevbre y su derecho a la ciudad, expuso la necesidad de que los ciudadanos creen un espacio urbano que responda a las necesidades humanas en contraposición a la concepción capitalista de la ciudad como una mercancía en la que todo se puede comprar y vender.



Según Alzamora, “el derecho a la ciudad” es un concepto político que evoca conquista y construcción de un lugar de vida digna y buen vivir. No obstante, para conquistarlo es necesario que se den tres procesos: uno cultural, para convertir en hegemónicos los valores que sustentan esos derechos; otro social, a través de la movilización ciudadana, y, por último, un proceso político-institucional para formalizar esos valores, consolidarlos y desarrollar las políticas para hacerlos efectivos.

“Los nuevos movimientos sociales son la energía para que se pueda hacer efectivo el derecho a la ciudad”, explicó. Unos movimientos, que según añadió, citando a Alberto Melucci, se caracterizan por desvincularse de la discusión ideológica clásica, intentar resolver problemas del presente, actuar sobre la cotidianidad de las personas y tener un funcionamiento participativo basado en el manejo de información.


La lucha por el agua como derecho humano en Murcia

Tras esta introducción, el sociólogo se centró en la lucha por la remunicipalización del agua en Murcia. Paradójicamente, frente a la idea que caló en la Región con el lema “Agua para todos”, que asociaba la llegada de agua de otras cuencas hidrográficas a más desarrollo y trabajo, en los últimos años se han extendido los cortes de suministro en la ciudad, apuntó. Para garantizar el acceso de los ciudadanos al agua se creó la plataforma “Agua Pública 100%”.

La primera acción de este colectivo fue centrarse en facilitar el acceso al agua de ochenta familias. “Vimos que al segundo impago en el Ayuntamiento podía quitar el agua a una familia, lo que no pasa en casi ningún sitio. Pero la ONU dice que entre 50 y 100 litros por persona y día deberían estar garantizados”. De hecho, continuó, constituciones como las de Ecuador o Bolivia reconocen el derecho humano al agua y su acceso gratuito.



A partir de este problema concreto, y aunando el esfuerzo de profesionales de la universidad y vecinos de los barrios afectados, se generó un proceso pedagógico en el que todos juntos empezaron a proponer acciones. Una de las primeras conclusiones fue que el problema no eran los cortes en sí, sino que el servicio de aguas dependiera de una empresa privada “que está ganando dinero con la gestión de este recurso”.

De este modo, empezó a plantearse a partir de un problema concreto la remunicipalización: “queremos que el agua sea 100% pública, con participación ciudadana”. Para aproximarse a este fin la plataforma ha desarrollado un amplio repertorio de acciones que van desde la desobediencia civil, la investigación continua, la entrada en redes globales de defensa de agua pública, al envío de las demandas a los grupos políticos, sin olvidar el apoyo a la gente que está sufriendo los problemas de acceso.

Alzamora explicó que “se acompaña a las familias afectadas a Emuasa y en un día recuperan el suministro”. De hecho, la empresa ya casi no corta el agua  en los barrios, pero sí en las pedanías “donde no tiene miedo”. El impacto de estas acciones ha sido que en solo un año 527 familias se beneficiaron de un fondo social que crearon en 2012 por la presión vecinal el Ayuntamiento de Murcia y la empresa.

A pesar de este reconocimiento, la Asamblea Agua Pública 100% reconoce que se trata de un paso insuficiente, puesto que se trata de medidas “gestionadas con gran opacidad por una empresa privada para callarnos a los movimientos sociales”. Por el eso el fin perseguido es la remunicipalización y que el derecho humano al agua se reconozca legalmente.

Casos remunicipalización como los de París, Berlín, Cochabamba o Medina Sidonia demuestran que funcionan mejor los proyectos más democráticos. “Con la gestión pública sobra tanto dinero que lo pueden dedicar a otras cosas sociales y medioambientales desconocidas hasta el momento”, continuó el activista. 


Por lo pronto la plataforma no deja de crecer y ha pasado de actuar en la ciudad de Murcia a hacerlo en la Región. Ahora son más de 20 organizaciones las que conforman la asamblea “Agua Pública 100% Región Murciana”.